Elogio de la escritura a mano

«Escribir a mano involucra más que un fragmento de nuestra mente: invita a concentrarse en la acción de escribir, pues nos involucra de un modo más completo.»

Por Elizabeth G. Frías

Twitter: @elinauta

Entre los mensajes de texto en el celular, las aplicaciones para recordar la lista del súper o los pendientes del día, los correos electrónicos para mensajes más formales y los chats para pláticas casuales, la mayor parte de nuestra comunicación escrita se hace a través de un teclado. Escribir en la computadora o en el celular es práctico, eficiente y veloz; los textos resultan limpios, precisos, uniformes.

Pero, ¿será que es eso lo que buscamos en todos los casos? Hay ocasiones en que la escritura puede darse el lujo de ser lenta, imprecisa, individual hasta el extremo. Cuando el mensaje que queremos dar es delicado o personal; cuando queremos recordarlo o guardarlo; cuando aún no tenemos el mensaje completo y queremos salir en su búsqueda, escribir a mano es una mejor herramienta.

Primero, porque hay una dimensión sensorial que acompaña la acción de escribir a mano y la hace más corpórea y personal. Desde elegir la textura del papel y el color de la tinta, hasta sentir la manera en que los trazos fluyen sobre la superficie, manuscribir involucra más que un fragmento de nuestra mente: invita a concentrarse en la acción de escribir, pues nos involucra de un modo más completo.

En las líneas escritas quedarán grabadas no sólo las palabras, sino que recordaremos el lugar en el que las escribimos, la hora del día, la carga emocional que contienen. En los trazos podrá leerse la calma o la turbación, además de algunos rasgos del carácter de quien escribe e incluso de su cultura. Quizá la expresión concreta de esta relación de la escritura a mano con la belleza y la cultura sea la caligrafía.

‘Mira los astros que iluminan el cielo: ninguno de entre ellos permanece en el mismo lugar.’ Caligrafía de Hassan Massoudy.
‘Mira los astros que iluminan el cielo: ninguno de entre ellos permanece en el mismo lugar.’ Caligrafía de Hassan Massoudy.
‘Travel if you aim for certain values, By travelling the skies, the crescent becomes a full moon.’ Caligrafía de Hassan Massoudy.
‘Nosotros somos el jardín.’ Caligrafía de Hassan Massoudy.
‘Nosotros somos el jardín.’ Caligrafía de Hassan Massoudy.

Por supuesto, lo anterior implica que también el modo de pensar que acompaña la escritura a mano es distinto que el que utilizamos para escribir a través de una máquina. Hay una dimensión de libertad y de creatividad al escribir a mano que despiertan gracias a los estímulos sensoriales, a la lentitud y a la ausencia de límites precisos que ofrece una página en blanco comparada con un recuadro para insertar un texto digital. Así como antes de hacer un proyecto en la computadora los diseñadores y arquitectos hacen primero bocetos a mano, donde las imágenes fluyen y evolucionan, escribir las ideas a mano puede hacer que crezcan, que cambien y que se multipliquen.

Además, mientras que el escribir en la computadora o en el celular suele tener un propósito útil —recordar una cita, hacer un pedido, responder una duda—, escribir a mano puede hacerse sin propósito alguno —es una de esas hermosas actividades de auténtico ocio—, simplemente para dejar que las ideas fluyan, para conocerlas, elaborarlas y pasar un buen rato con ellas.

Aunado a eso podemos tomar algunos de los beneficios de escribir a mano —el pensamiento libre, creativo y concentrado, el refuerzo de la memoria, el aspecto individual y la cercanía con lo emocional— para las tareas cotidianas. Escribir a mano la lista de tareas pendientes, la agenda por cumplir para cada día o las ideas que surgen de la lectura o del trabajo diario, puede ayudarnos a sacar mayor provecho de cosas en apariencia mínimas, además de estimular el pensamiento.

liz-arrobaeudoxa

3 comentarios en “Elogio de la escritura a mano

  1. Qué sorprendente eso de las redes neuronales. ¿Se activan por concentrarse en las palabras y las estructuras que se escriben? Sería como adentrarse en el entramado mental de los personajes y del autor. Me encanta, habrá que dedicarse a transcribir pasajes favoritos entonces, para alargar y habitar esos libros que no quisiéramos que terminaran. Un abrazo nocturno, cuasi-conocido.

    Me gusta

  2. Es bien curioso esto. Yo cuando necesito apersonarme en un texto, brincar adentro y dejar huella manifesta de que yo en algún momento fui eso que se puede leer, lo hago a mano. Se siente diferente, es como estar parado en la tierra, nada mas vivo.

    Por otra parte, alguna vez leí un artículo de un estudio bien curioso; que además puede ser muy útil. En el se contaba el efecto que tiene en la red neuronal el escribir a mano. Pero además el efecto que tiene por ejemplo, copiar o transcribir un texto del cual somos afectos. Y el efecto es sorprendente, ya que cuando lo hacemos se activan las mismas redes neuronales (vía estructuras de lenguaje) que el autor del texto utilizó para escribir el texto. Así con práctica, estaríamos de una manera bastante literal y sobretodo física adquiriendo la manera de pensar, el mapa neuronal de algún autor favorito. Y le decía a una amiga que esto en realidad ya nos pasa de maneras más sutiles o no tanto. Nosotros copiamos el hablar de nuestros amigos y al terminar un libro probablemente hablemos un poquito como los personajes. En fin, .

    Me gusta

Deja un comentario